La energía eólica marina tiene un gran potencial en la lucha contra el cambio climático. Fue en el mes de febrero de este año, cuando el Consejo de Ministros aprobó los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM) de las demarcaciones marinas españolas: demarcación noratlántica, levantino-balear, del Estrecho y Alborán y finalmente la demarcación canaria. La delimitación de estas zonas ha supuesto el desbloqueo del desarrollo de está tecnología en nuestro país.
Una de las pegas que presenta esta tecnología es el impacto visual que pueden tener estos aerogeneradores. Para ello, el ministerio ha optado por una solución en función de las características de cada costa. En el caso de la demarcación noratlántica por ejemplo, la distancia mínima a la que están reservados los polígonos para los molinos es de 21 kilómetros.
Se espera que para el año 2030, España cuente con entre uno y tres gigavatios de energía eólica marina. Para que salga adelante este plan, se necesita la aprobación de los POEM y que se le fijen las zonas en las que se podrá desarrollar esta tecnología.
El desarrollo de la energía eólica marina creará nuevas oportunidades para la industria, generará empleos verdes y reforzará el liderazgo mundial de la UE en tecnologías de energía marina. Además, esta tecnología garantizará también la protección del medio ambiente, la biodiversidad y la pesca.
Actualmente, Reino Unido es el país con la mayor capacidad instalada de energía eólica marina, con unos 10 GW en funcionamiento frente a sus costas. En segundo lugar, estaría Alemania y ocupando el tercer lugar estaría China.
Sin duda, las turbinas eólicas marinas flotantes son una tecnología muy interesante que permitirán la creación de parques eólicos en el fondo del mar y situarlos en aguas más profundas donde los vientos son más fuertes.