La alergia al polen está presente en la vida de muchas personas en esta época del año, pero desde hace más de una década, está apareciendo en personas sin antecedentes ni síntomas previos debido a la contaminación.
La primavera trae muchas cosas buenas, pero la alergia no es una de ellas. Más del 40% de la población mundial presenta los síntomas de la alergia: picor de ojos, asma… y la contaminación no está ayudando.
El impacto del cambio climático es evidente en esta patología. Hay un incremento notable de concentraciones de polen, la prolongación del periodo de alergias causado por el aumento de las temperaturas, las infecciones respiratorias debido a la presencia de contaminantes atmosféricos como el dióxido de nitrógeno, ozono y las partículas finas. o los ataques de asma por la combinación de contaminantes como el ozono y el polen.
Algunos estudios sugieren que la contaminación atmosférica puede aumentar la producción de polen en las plantas, lo que provoca que el polen sea aún más fuerte y provoque síntomas más severos. De hecho, el incremento es tan notorio que la Organización Mundial de la Salud (OMS) cree que, para 2050, el 50% de la población mundial será alérgica al polen.
¿Cómo podríamos solucionar esto? Las alergias no van a desparecer nunca, pero la contaminación si podemos empezar a erradicarla. Las energías renovables nos ayudarán a tener una atmósfera más limpia, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuyendo la contaminación atmosférica.
La contaminación es un gran problema que afecta a la salud de las personas alérgicas al aumentar la exposición a alérgenos. Sin embargo, existen medidas a las que podemos optar para reducirlas. Podemos contribuir a crear un entorno más saludable optando por energías renovables y ayudarnos a nosotros, y a las generaciones futuras.
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