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La guerra en Ucrania está afectando directamente al suministro energético, por medio del gas y el petróleo. El precio de estos dos combustibles ya se ha disparado y los próximos meses serán críticos para el conjunto de la economía.

Ucrania

Desde el mismo día que las tropas rusas entraron en Ucrania, el precio del gas comenzó a subir al ritmo de 1 euro cada hora. Ese día, el precio del gas natural se disparó entre un 30% y un 40% y Europa se preparó a utilizar sus reservas estratégicas.

Pero no solo el precio del gas se vio afectado; también los mercados financieros comenzaron a experimentar importantes caídas. Mientras el día 24 de febrero -el día que los tanques tomaron Ucrania- fue la peor jornada en todo el año para el Ibex 35, tras caer un 2,86%, las energías renovables experimentaron una subida del 10% ante la incertidumbre energética que está provocando el conflicto.

Es imposible saber que pasará en los próximos meses, pero, sin duda, la importancia del gas que, como sabemos, ha marcado el precio de la luz en el mercado marginalista durante el último año, tendrá un efecto enorme sobre la economía.

De hecho, la Unión Europea no ha tardado en tomar medidas sobre este asunto. La Unión Europea junto con la Agencia Internacional de la Energía presentaron conjuntamente un plan de 10 puntos para reducir la dependencia del gas ruso en un 30% en menos de un año.

Entre las medidas que presenta este plan hay una que es probablemente la más lógica y está ganando fuerza: reforzar aún más la apuesta por las renovables. Ante el aumento del precio de la luz que ya de por sí era alto antes de la contienda, los países europeos tendrán que hacer uso de otras fuentes de energía alternativas.

Pedro Sánchez y Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ya mantuvieron un encuentro hace escasos días en el que trataron temas como la inflación, el precio de la energía o el de las materias primas. Además, acordaron que las importaciones energéticas se diversificarán y que, por tanto, también se incrementará la inversión en renovables.

Se ha sabido que la Unión Europea ha alcanzado un acuerdo para movilizar cerca de 20.000 millones de euros que se destinarán en proyectos de energías renovables y digitalización para agilizar la recuperación de la pandemia ante la incertidumbre de la guerra de Ucrania.

Aunque un escenario en que se produzca una escasez de suministro de gas natural es bastante improbable, no se puede descartar. Como afirman muchas figuras importantes dentro de la Unión Europea, como la ministra francesa de Transición Ecológica, Barbara Pompili, el sistema europeo es robusto, aunque será necesario prepararse para el próximo invierno.

En España, la situación es mejor que en Alemania por las reservas de gas que tiene nuestro país y la proximidad con Argelia, otro de los países que exportan gas natural por medio de gasoducto de Medgaz. Además, cuenta con una ventaja; según un estudio el precio de la electricidad en España a partir de 2025 será más barato que en el resto de Europa gracias a la implantación de las renovables.

Puesto que la solución para tener precios más bajos son las energías renovables, parece que ante el conflicto ucraniano deberemos tratar de acelerar nuestra implantación de estas fuentes de energía y puede que incluso debamos reducir los plazos para que se pueda generalizar el uso del hidrógeno verde a precios competitivos.