Las fuentes de energía renovable, como hemos visto anteriormente, son intermitentes por naturaleza. Para garantizar un suministro eléctrico constante y confiable, es esencial contar con sistemas eficientes de almacenamiento de energía que puedan capturar y almacenar el exceso de energía generada durante los periodos de alta producción y liberarla cuando la demanda es mayor o la producción es baja. La solución son las baterías.
Pero, ¿cómo funciona el sistema de almacenamiento por baterías? Las baterías reciben la electricidad de la red eléctrica, directamente de la central, o de una fuente de energía renovable como los paneles solares u otra fuente de energía, y posteriormente la almacenan en forma de corriente para luego liberarla cuando se necesite. Cuando se combina con software, un BESS se convierte en una plataforma que combina la capacidad de almacenamiento de energía de las baterías con la inteligencia necesaria para ofrecer una gestión avanzada del consumo de energía aprovechando la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y las soluciones basadas en datos.
El almacenamiento ofrece muchas ventajas, como la estabilización de la red, dla reducción de picos de consumo, la energía de reserva durante los cortes, y el uso eficaz de las energías renovables. Todo contribuye a una infraestructura energética más fiable y resistente.
Hay distintos tipos de baterías relevantes para las energías renovables. Las baterías de Iones de Litio, son comúnmente utilizadas para aplicaciones residenciales, comerciales e industriales. Son especialmente populares para almacenar la energía generada por paneles solares y turbinas eólicas debido a su alta eficiencia y capacidad para gestionar cargas rápidas y descargas profundas. Baterías de Plomo-Ácido: son las más antiguas, pero todavía se utilizan para aplicaciones fuera de la red y sistemas de respaldo. Baterías de flujo, que son especialmente adecuadas para aplicaciones a gran escala y son ideales para almacenar grandes cantidades de energías. Baterías de estado sólido, a pesar de que siguen en desarrollo, ofrecen una mayor densidad energética y seguridad. Por último, las baterías de sodio-Ion, son baterías que utilizan sodio , lo que podría reducir el coste y la dependencia de recursos limitados.
El almacenamiento de baterías enfrenta varios desafíos, desde costes elevados y acceso a materias primas, hasta problemas de reciclaje e impacto ambiental. En cambio, las oportunidades que presenta, incluyendo la reducción de costos, innovaciones tecnológicas, mayor integración de energías renovables, desarrollo económico y la creación de sistemas energéticos más resilientes, son inmensas. Superar estos desafíos mediante la inversión en investigación, desarrollo y políticas sostenibles es esencial para aprovechar plenamente el potencial del almacenamiento de baterías en la transición hacia un futuro energético limpio y sostenible.
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